Imagen: Ana Bastida

Todo proyecto emprendedor surge de una idea que se va transformando en un plan de negocio para, al final, poner en marcha una empresa. El planteamiento es encontrar algo con lo que poder enfrentarse al mercado y desarrollar alrededor un modelo que lo haga rentable y sostenible, sin embargo el origen debe ser otro.

La idea no debe ser el origen de nuestra iniciativa empresarial porque de donde debe partir nuestro proyecto es de nosotros mismos. El origen es el emprendedor, su motivación, sus objetivos y aspiraciones, los emprendedores han de olvidarse de las ideas y de los planes de negocio mientras no tengan claros esos aspectos personales.

Antes que el proyecto está el emprendedor

Antes que ponerse a trabajar en la idea o en lo que vamos a desarrollar para crear nuestro negocio debemos pensar en nuestro aspecto personal, lo que nos motiva para intentarlo, lo que queremos hacer y lo que esperamos obtener de la puesta en práctica de nuestro proyecto.

La idea, el proyecto, el modelo de negocio y, finalmente, la empresa y su funcionamiento han de ser herramientas para obtener eso que queremos. Herramientas, vehículos que nos acerquen al objetivo y ese objetivo ha de ser personal y no vinculado a esa idea o a ese prometedor negocio.

Este aspecto personal es fundamental, pero más si cabe en el caso de varios emprendedores que se asocien. La convivencia entre los socios, los roces o problemas entre ellos puede ser un foco de distorsión en la actividad que desarrolle la empresa. Uno de los aspectos que puede hacer que aparezcan estos problemas es, precisamente, que los socios no compartan las mismas espectativas, los mismos objetivos o que no estén dispuestos a hacer los mismos sacrificios.


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Motivación e iniciativa

El origen, la mecha que se enciende para que el emprendedor se lance, los principio de cualquier emprendedor no deben ser las ideas de negocio. Esos principios han de ser la motivación personal para hacerlo y la iniciativa para intentarlo y no quedarse en una simple intención.

Esa motivación y esa iniciativa son lo que empujan al emprendedor a seguir adelante. Si la idea original es mejorable se pondrá a trabajar para optimizarla, si surgen dificultades o por el camino hay que cambiar de proyecto cambiaremos de herramientas, buscaremos más ideas o cambiaremos el plan de negocio, haremos lo que sea necesario porque estamos decididos a lograr nuestros objetivos.

El error es que si esas herramientas cobran más protagonismo que los propios principios del emprendedor éste estará expuesto a que esos utensilios fallen, a que queden obsoletos o, peor todavía, que no sirvan para los propósitos que se quieren alcanzar.

2 comentarios sobre “Olvidémonos de las ideas y del plan de negocio

  1. La verdad es que yo al principio pensé en aquello de hacer un plan de empresa y toda la historia, pero al final lo único que he hecho han sido mis números (serios) y he tirado para alante. Para financiación he tirado de Cooperativas de crédito y estoy pensando en acudir a Triodos cuando tenga algo maś elaborado.

    El problema es que en mi caso, un negocio de tipo tecnológica, la mayoría de la gente a la que acudí, tanto en el ayuntamiento, como en un par de cajas y bancos, no entendían de qué les estaba hablando. Da igual que tengas el mejor plan de la historia, porque si no entienden que es el CPM, el CPC, el CPA ni cómo funciona Internet… además de lo conservadores que son.

    En fin, a todos los que queráis emprenden os recomiendo saliros del circuito bancario porque está visto que la banca no nos va a ayudar. Aquí teneis algo de información sobre cooperativas de crédito y banca ética.

    http://debatesocial.com/showthread.php?tid=8

    Triodos por ejemplo está deseando que vayan proyectos tecnológicos, o al menos eso me han comentado. De momento no hay muchas oficinas, pero podéis ver las que hay en su web.

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