Imagen: Equipo Competición CEPSA

Una cuestión que suelen plantearse muchas veces los emprendedores es si lanzarse sólos o acompañados. Desde mi punto de vista, esta pregunta sólo admite una respuesta «NUNCA EMPRENDAS SOLO», veremos más tarde la manera de «hacerse acompañar» pero tan importante como el qué vamos a hacer es quién lo va a hacer, de ahí la importancia de configurar un buen equipo.

Aún suponiendo que pueda haber emprendedores que sean «hombres orquesta» y que puedan hacer de todo en el proyecto, el proceso de puesta en marcha y de funcionamiento del mismo hace necesario crear un equipo que pueda acometer las tareas necesarias. ¿Debemos buscar socios para llevarlo a cabo? no siempre, ¿intentar captar capital para poder «comprar talento»? no necesariamente, un equipo se puede formar de maneras diferentes en función de las circunstancias y de las necesidades de cada uno.

Los socios

Asociarse con álguien es una decisión muy trascendente. Ahora mismo, en nuestro país, es más fácil divorciarse que desacerse de un socio, por lo que debemos de estar seguros de dar ese paso.

Lo primero que debemos considerar a la hora de asociarnos con otra persona son los objetivos que tiene cada uno a la hora de llevar adelante el proyecto. Si uno sólo quiere un medio de autoempleo y el otro pretende un proyecto con vocación de crecimiento y que esté en constante evolución, antes o después habrá conflictos.

Lo siguiente es determinar qué aporta cada uno. Se ha de procurar que cada uno aporte cosas complementarias, se trata de crear equipos multidisciplinares por lo que no debemos buscar un socio con un perfil similar al nuestro. Por supuesto a la hora de definir esas aportaciones también debemos tener en cuenta la aportación en cuanto a la dedicación al proyecto, necesidades económicas, experiencia, etc.

Por último, y no menos importante, está el aspecto personal. El proceso de emprender es muy complicado, para «atarse» a uno o varios socios debemos buscar que la relación sea la mejor posible y que se cree el ambiente adecuado para poder soventar las dificultades que puedan surgir.

Analizando la concurrencia de estos factores decidiremos con un mejor criterio la conveniencia de asociarnos con álguien y cuál ha de ser el perfil de la persona con la que compartir el negocio.

Otras opciones

Por supuesto podemos crear un equipo sin necesidad de asociarnos con nadie. Lo primero que podemos pensar es emprender sólo y contratar a otras personas que nos ayuden. Ante esta posibilidad se nos abren dos opciones, incorporar a trabajadores para que realicen sus funciones dentro de una organización propia o subcontratar a empresas externas esas tareas.

Evidentemente tanto para utilizar una opción u otra debemos de asumir el coste de cada una de ellas. Si en nuestro proyecto tenemos la capacidad financiera para afrontar ese coste, el hacerlo de una forma u otra se podrá basar en las ventajas e incovenientes de ambas, la dedicación exclusiva y el coste de los empleados frente a la dificultad para encontrar a la persona adecuada o la experiencia de la empresa que nos puede aportar esos servicios frente al coste de éstos y la posibilidad de que se produzcan retrasos, etc.

¿Qué ocurre cuando no encontramos a los socios adecuados y no tenemos capacidad económica para contratar a personas o servicios que puedan llevar adelante las tareas que nosotros no podemos afrontar? Ahí entra en juego la imaginación y nuestra capacidad para buscar soluciones, pero la solución se encuentra en la colaboración.

Buscar a aquellas personas o empresas que puedan ayudarnos y ofrecerles un sistema a través del cuál todos puedan aportar y beneficiarse sería una buena manera de conseguir un equipo. El colaborador es un «socio ocasional» que puede apostar, como nosotros, por un proyecto con la espectativa de lograr un beneficio.

Conclusiones

Lanzarse en solitario no suele ser buena idea, pero la selección de los que nos van a acompañar en el proceso es vital, prevenir conflictos es la mejor manera de evitarlos.

Hay diferentes maneras de conformar un buen equipo, no pensemos en el equipo sólo como lo que está dentro de la organización e incluir a los que están fuera de ella.

El secreto para crear un buen equipo es detectar lo que necesitamos y buscar la mejor solución para cubrir esas necesidades.

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